miércoles, 1 de febrero de 2012

Democracia eléctrica o mundo a oscuras

La suspensión temporal en España de nuevas instalaciones renovables es una mala noticia, pero conviene analizarla en detalle y con cierta amplitud de campo. Los hechos son tenaces, y el mayor problema del sistema eléctrico no son las energías renovables (de hecho, a corto y medio plazo las renovables somos su única solución), sino el propio modelo. Los españoles hemos pagado en él unos elevadísimos costes de transición a la competencia, pero a la hora de la verdad un puñado de no más de cinco grandes empresas siguen aglutinando la distribución y un alto porcentaje de la comercialización de energía.

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